viernes, 6 de enero de 2012



Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí   (Augusto Monterroso, 1959)

Y cuando despierto, todavía estoy allí, en las orillas del Lago Victoria, en las fuentes del Nilo  o atravesando las sabanas del Serengeti.

En los últimos 10 años he viajado por distintos continentes y todos me han marcado, pero ninguno como éste.

Los 3.000 kms recorridos en un camión compartiendo continuas emociones quedan grabados, profundamente grabados.

Según aterrizamos en Entebbe (Uganda) nos presentan a Sarah, nuestro  camión, acoplamos las bolsas de viaje y ¡ale! nos organizamos para comprar bebidas y picoteos para la primera etapa.

No nos conocíamos.

Momento mágico cuando cruzamos nombres y miradas cómplices que denotan nuestra  buena disposición para compartir sueños por Uganda, Kenia, Tanzania y Zanzíbar. Distintas edades, distintas procedencias. No importa.

Primeros animales, acampadas, amaneceres, luz, colores, atardeceres y gente, sobre todo, gente y  vida, mucha vida.

¿Qué sentí
con el primer león que se cruza lenta, muy lentamente (sin mirar) delante del camión,
ascender hasta y montar las tiendas al ladito de las Cataratas Murchison del Nilo, el mayor poder hidráulico de la Tierra,

atravesar y acampar en las sabanas del Masai Mara, Serengeti  (en globo, la guindita) o el cráter del  Ngorongoro con todos los animales de los documentales de la 2,

esperar que la leona, agazapada tras los  matorrales, atacase a los ñúes (más de media hora de reloj con nuestro silencio sepulcral),

trabajar, y duro, para sacar al camión derrapado por el barro y celebrar conseguirlo

ver a los fieros masais cómo friegan nuestros platos tras hacer fuego “a pelo” y bailar con ellos sus danzas,

charlar ante el fuego de la hoguera en pleno Serengeti con las hienas y cebras “escuchando”, delatadas por el brillo de sus ojos,

ayudar a hacer una tortilla de patatas en pleno campamento para que sepan lo que es bueno en correspondencia a Tuma, nuestro excelente cocinero y mejor persona (equipazo cinco estrellas)

visitar Olduvai,  la "cuna de la humanidad", origen de nuestros orígenes,

conocer a los Datoga, etnia de origen nilótico con quienes bailamos la Macarena,
y a los Hazdabe,  recolectores-cazadores de origen bosquimano con quienes salimos a cazar con arco (y cazamos)
notar el cansancio por los necesarios madrugones pero suavizados con la música de Ismaël Lô que con tanta sensibilidad y cariño nos ponía Javier, nuestro  guía (KANANGA, qué fichaje) y los duros caminos y polvorientos para  terminar en Zanzíbar, la isla de las especias, con sus arrecifes de coral y playas de finísima  arena blanca?

Sentí mucho, infinito, pero a la vez nada, casi nada,
comparado con esos momentos de felicidad a través de sus sonrisas, la de esos niños, siempre niños, que conocimos en el orfanato SHALOM (maldita su mala suerte)   en KARATU, Tanzania

Me aparté para esconder esas lágrimas que no entenderían.

Al corro de la patata…  achupé, achupé, muy tocadito me quedé.

Y volveré, necesito volver aunque, cuando despierto, todavía estoy allí. 

Vídeo resumen "fugaz" del viaje (3')

FOTOS (124). Pincha en una para verlas como presentacion.
 




KANANGA. Ruta Lago Victoria, septiembre 2011.

UGANDA. León que se cruza y nos guía, ya anocheciendo.








 
UGANDA. Las poderosas cataratas Murchison
TANZANIA. PN Serengeti.

TANZANIA. PN Serengeti.

UGANDA. Acampada libre a la orilla del lago Alberto.

UGANDA. Un alto en el camino.

KENIA. Intercambio de culturas con nuestros amigos masais.
 
No hace falta mechero.




KENIA. Calorcito y charlas en el PN Masai Mara (lo intentamos pero fue necesario el mechero)

A vuestra salud.
TANZANIA. Olduvai, museo
TANZANIA.Los Hazdabe, recolectores-cazadores de origen bosquimano.






TANZANIA. Los Datoga, etnia de origen nilótico.


Caminante...
ZANZÍBAR.





TANZANIA. Nuestros amigos del orfanato Sahlom nos enseñan su casa












Achupé, achupé...


Más sitios, más amigos. Ruta Lago Victoria.
Uganda, Kenia, Tanzania y Zanzíbar.









































 



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